La formación de los abogados en la nulidad matrimonial

Son muchos los abogados que están habilitados para llevar causas de nulidad matrimonial. Algunos, los más, han estudiado derecho civil y luego han hecho el curso del Estudio Rotal para poder ser habilitados para actuar en los tribunales eclesiásticos. Otros simplemente son habilitados para actuar en esos tribunales, sin más formación que haber cursado la asignatura optativa de derecho canónico en la carrera. En cambio, hay abogados rotales que han estudiado la licenciatura de derecho canónico. Estos últimos son los que parten con ventaja respecto del resto.

El licenciado en derecho canónico tiene como base y núcleo más específico y esencial el derecho divino positivo. Ello obliga, por parte del abogado, a tener algo más que nociones de derecho canónico. Debe ser conocedor y experto en las ciencias de la teología y la filosofía. Evidentemente el derecho romano, custodiado y salvado del olvido de los tiempos por el derecho canónico, los principios generales del derecho y la filosofía del derecho tienen también un destacado protagonismo.

El derecho canónico tiene su razón de ser porque no todo es de todos. Como dice Hervada, en la Iglesia “las cosas están repartidas”. En la Iglesia hay pues deberes y derechos. El derecho canónico es quien los regula.

Cabe preguntarse ¿Qué puede hacer un abogado rotal para estar al día? Lógicamente formarse. Esa sería la respuesta. Hace poco, a principios de abril, como cada año, la Asociación Española de Canonistas, organizó en la Universidad de Comillas en Madrid, las XXXVIII Jornadas de Actualidad Canónica, un magnífico y excepcional encuentro de canonistas con multitud de ponencias, debates y conferencias que sirvió para esta puesta al día tan necesaria.

Presentar una demanda de nulidad matrimonial no es, en absoluto, presentar una demanda de divorcio. Ya dijimos que la declaración de una nulidad matrimonial es precisamente eso y no otra cosa como se suele decir tal como anular un matrimonio. La sentencia de declaración de nulidad matrimonial canónica dirá que ese matrimonio no existió nunca si es positiva; pero no dirá que anula ese matrimonio, puesto que en la Iglesia católica el matrimonio es uno e indisoluble.

El estudio reposado, la lectura, la reflexión y la formación son la piedra de toque de los buenos abogados rotales. Son sin duda los medios por los que el abogado rotal hará que la causa esclarezca la verdad del matrimonio. La precipitación, la superficialidad y el pretender enfocar una nulidad como un divorcio hará fracasar, seguro, la demanda.

Son muchos los abogados civiles que buscan y demandan cursos y formación para ser verdaderos peritos en derecho canónico. Las universidades pontificias y el Tribunal de la Rota ofrecen cursos y formación adecuada para ello. Sólo cabe aprovecharla. La buena intención de los abogados y de la Iglesia debe permanecer en el tiempo como garantía para que los fieles puedan ejercer su derecho de acudir a los tribunales eclesiásticos demandando justicia. Sin duda hay esperanza.

Xisco Cardona

Abogado rotal